Ciberataques en 2025: la inteligencia artificial como arma de doble filo

Mateo Bovio

CEO en Whalemate
Publicado:
Feb 17, 2025
La inteligencia artificial (IA) generativa ha llegado para cambiar la forma en que interactuamos con la tecnología, optimizando procesos y potenciando la creatividad. Pero esta revolución tiene un lado oscuro: los ciberdelincuentes han encontrado en la IA una aliada para perfeccionar sus ataques, haciéndolos más efectivos y peligrosos. En este 2025, la combinación de IA […]

La inteligencia artificial (IA) generativa ha llegado para cambiar la forma en que interactuamos con la tecnología, optimizando procesos y potenciando la creatividad. Pero esta revolución tiene un lado oscuro: los ciberdelincuentes han encontrado en la IA una aliada para perfeccionar sus ataques, haciéndolos más efectivos y peligrosos. En este 2025, la combinación de IA y ciberataques será una de las mayores amenazas a la seguridad digital.

Phishing más inteligente y difícil de detectar

Uno de los mayores peligros que veremos en el año será el aumento del ‘spear phishing’, una versión mucho más personalizada y sofisticada del phishing tradicional. Gracias a la IA, los atacantes pueden recopilar información específica sobre sus víctimas, generar correos y mensajes creíbles, e incluso imitar el tono y estilo de comunicación de personas de confianza. Esto hace que sea cada vez más difícil distinguir entre una comunicación legítima y una fraudulenta.

Anteriormente, los correos de phishing solían tener errores ortográficos y gramaticales evidentes, pero hoy, con la IA generativa, los atacantes pueden crear mensajes sin errores y con una estructura impecable, haciendo que incluso los usuarios más experimentados caigan en la trampa. Además, los delincuentes pueden usar deepfakes para falsificar videollamadas o audios de ejecutivos, incrementando aún más la efectividad de estos engaños.

La automatización y personalización de estos ataques incrementará su éxito, poniendo en riesgo no solo a individuos sino también a grandes corporaciones y organismos gubernamentales. Muchas filtraciones de datos empiezan con un simple correo engañoso enviado a un empleado descuidado.

Ransomware más agresivo y dirigido

Otra tendencia alarmante es la evolución del ransomware. En el pasado, los ciberdelincuentes simplemente bloqueaban el acceso a los datos de una empresa y exigían un rescate. Ahora, sus estrategias se han vuelto más agresivas y dirigidas. En 2025, veremos un aumento en los ataques a altos ejecutivos, donde no solo se buscará afectar la operatividad de la empresa, sino también la reputación personal de sus líderes.

La táctica de ‘doble extorsión’ se fortalecerá: si la empresa se niega a pagar, los atacantes amenazarán con filtrar los datos robados a socios y proveedores, amplificando el daño. Esto pondrá a las organizaciones en una encrucijada: pagar para evitar la filtración o asumir el costo reputacional de la fuga de información.

Además, un nuevo modelo de ataque está ganando terreno: el ‘ransomware-as-a-service’. En este esquema, cualquier persona sin conocimientos avanzados en ciberseguridad puede comprar kits de ransomware en la dark web y lanzar sus propios ataques. Esto amplía la cantidad de actores maliciosos en el panorama digital, haciendo que cualquier empresa, sin importar su tamaño, pueda ser un objetivo.

La IA como herramienta de defensa

Pero no todo es negativo. Así como los atacantes aprovechan la IA, las empresas también pueden utilizarla como una poderosa herramienta de defensa. Hoy en día, la IA permite detectar amenazas en tiempo real, analizar patrones sospechosos y anticiparse a posibles ataques.

Los sistemas de ciberseguridad basados en inteligencia artificial pueden identificar actividades anómalas en la red antes de que se conviertan en un problema mayor. La automatización también juega un papel clave: herramientas avanzadas pueden actuar de inmediato, bloqueando conexiones sospechosas y previniendo la propagación de malware sin necesidad de intervención humana.

A pesar de estos avances, el problema es que muchas organizaciones todavía no están preparadas. A pesar de los avances tecnológicos, la inversión en ciberseguridad sigue siendo insuficiente. Es común ver empresas que todavía dependen de medidas reactivas en lugar de adoptar estrategias proactivas. La realidad es que el panorama actual exige un cambio de mentalidad: la seguridad digital no es un gasto, es una inversión en la continuidad del negocio.

Impacto de las tensiones geopolíticas

Otro factor que no podemos ignorar es el impacto de las tensiones geopolíticas. En 2024, los sectores más atacados fueron la administración pública, la industria y la sanidad, pero en 2025 se espera un aumento de ciberataques impulsados por conflictos entre países y diferencias ideológicas.

Las empresas que operan en mercados estratégicos deberán estar especialmente atentas, ya que pueden convertirse en objetivos de ciberataques con motivaciones políticas o económicas. Ya hemos visto cómo grupos de hackers patrocinados por Estados han atacado infraestructuras críticas, bancos y empresas tecnológicas en distintos países. Esto no solo afecta la estabilidad económica de las naciones, sino que también puede comprometer datos sensibles de millones de ciudadanos.

En este sentido, la colaboración internacional será clave. Los gobiernos y empresas deberán compartir información sobre amenazas y trabajar juntos para fortalecer sus defensas. Un ataque a un país o empresa puede tener repercusiones globales, y la única forma de combatir esta creciente amenaza es con estrategias conjuntas y coordinadas.

En conclusión, la pregunta que debemos hacernos no es si seremos atacados, sino cuándo y cómo nos protegeremos. En este nuevo escenario, la clave será combinar tecnología con educación. No basta con implementar herramientas avanzadas de seguridad; también es fundamental capacitar a los empleados para que puedan reconocer intentos de fraude y actuar con rapidez ante cualquier anomalía.

Estamos ante un punto de inflexión en la ciberseguridad. La inteligencia artificial puede ser nuestra mayor aliada o nuestra peor enemiga, dependiendo de cómo la utilicemos. Si no tomamos medidas ahora, en poco tiempo estaremos luchando contra una amenaza mucho más grande y difícil de contener.

Los ataques evolucionan y las empresas deben evolucionar con ellos. Es momento de actuar, de invertir en seguridad, de concientizar a los equipos y de fortalecer nuestras infraestructuras digitales. La ciberseguridad ya no es un lujo ni una opción; es una necesidad urgente que determinará el futuro de las empresas y la privacidad de los usuarios en el mundo digital.

Mateo Bovio

CEO en Whalemate

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